Indonesia

"Después de descubrir Tailandia, el siguiente destino, casi obligado, por similitud, es Indonesia"
 
Como ya sabéis, Tailandia me enamoró dos veces. Pero no quería ir tres veces seguidas para no quemare, así que decidí cambiar de destino, pero sin salir de Asia y descubrir Indonesia. Por lo que había leído era un destino muy al estilo de Tailandia, con buenas playas y una gente muy abierta y simpática. Os tengo que confesar, que aunque Indonesia me gustó.... Tailandia es millones de veces mejor!!!
 
Ciudades descubiertas en Indonesia
 
Barcelona-Kuala Lumpur-Bali (18h00 horas de vuelo)
 
Si, es un palizón, lo se. El motivo por el cual estramos por Kuala Lumpur (Malasia) y no por Jakarta, es porque el vuelo nos salía más barato y porque queríamos descubrir K.L. Así que el palizón estaba justificado.

Como siempre, dejo las ciudades grande, donde hacer compras, y desde donde me sale el vuelo de vuelta a casa para el final. Llegamos al aeropuerto de K.L y solo teníamos 3 horas para ir a "connecting flies" y coger el avión que nos llevaría a Bali, pasando por inmigración (tiempo justo, pero suficiente). 
 
Uluwatu (Sur de Bali): Surf y puestas de sol

Los controles en Bali fueron una locura. Primero una hora de cola para pagar los 31 euros que cuesta entrar en Indonesia. Luego una hora más de cola para pasar el control de inmigración y para terminar otros dos controles más... Mucha paciencia....
Ya era de noche cuando llegamos. Para los días que ibamos a estar en Bali, alquilamos un coche, ya que para moverse por la isla se hace necesario o coche o moto. Conducir por allí es muy caótico y necesitas tener una habilidad y una paciencia infinita, ya que son unos locos al volante. El hotel lo teníamos en la zona sur de Bali, en Ulwatu, tranquila, poco turística y con unas buenas playas. El hotel se llamaba Berta Sali Balangan y estaba situado en la famosa playa de Balangan. Al llegar allí se nos quitaron todos los males y las penas. Que maravilla de hotel (los alrededores muy feos, eso sí). Estaba compuesto de una piscina central en un jardín muy bonito y unas 7 villas de madera y caña, ideales  para descansar y descubir el sur de la isla. 
 
 
Empezamos descubriendo el sur de Bali. Cerca de nuestro hotel está el pueblo de Ulwatu. No tiene ningún atractivo: tiendas, supermercados, gasolineras, hoteles y turistas, muchos turistas. Lo que allí descubrimos, y  vale la pena es:
 
- Templo de Ulwatu: está hacia el sur, en un acantilado con unas vistas maravillosas. Mucho verde, muchos monos malvados y varios templos (que no nos dejaron entrar porque era día de oración y no éramos nativos)
- Seminjak: es una población, por encima de Kuta, con una larga playa y muchos servicios (hoteles, bares, tiendas...). En cualquier chiriguito de la playa te harán un delicioso arroz por pocas rupias. Comer con la playa delante es una maravilla. Nos dimos un baño y ahí fue donde empezó nuestro chasco: mucho oleaje y un mar muy bravo. Pensamos que era porque ese día el mar estaba embravecido....
- Tanah Lot: es el templo por excelencia de esa zona de Bali. Es una maravilla verlo con la puesta de sol. Está en una roca en el mar. La entrada nos costó 30.000 rupias (2 €). Hay que ir con tiempo ya que hay mucha gente. 
- Jimbarán: Playa muy conocida por sus cenas de pescado y marisco por la noche en chiringuitos con antorchas en la playa. Es una turistada más. El lugar no es nada del otro mundo. Restaurantes cutres y sucios. Comes en la playa, en mesas de plástico. La comida es cara y no de muy buena calidad (el pescado olía un poco). Fue decepcionante. 
- Finn´s Beach Club: Club playero de muy alto nivel, para darse un homenaje y un buen capricho. El club está en el hotel Semara Luxury, en el sur de la isla. La entrada vale 250.000 rupias (17 euros), pero de ellas, te dan 150.000 ( 10 euros) para que te los gastes allí. El club está en una playa privada a la que se baja con un teleférico. El sitio es muy chic, con música, mojitos, sofás... Incluso hay limpiadores de playa que están todo el día limpiando la arena. El mar estaba también muy muy bravo y no era posible bañarse. Ahí empezamos un poco a mosquearnos. Hacia la tarde, bajó la marea como unos 50 metros y quedaron al descubierto muchas rocas. Andando por ellas, vimos muchos animalitos (peces payaso, sepias, erizos de mar, pulpos, peces globo, estrellas de mar). Fue lo mejor del día. 

- Playa de Balangán: playa solo para surfistas. Aquí fue donde nos dimos cuenta de que Bali no es una zona de playa para bañarse relajado y disfrutar. Aquí el mar tiene mucha fuerza. Esta playa está llena de chiringuitos donde comer a buenos precios (ir al Café María: rico, barato y con buenas vistas). Muy rollo hippie-surfista. 
- Dreamland Beach: buena playa cerca de Balangán. Se accede a ella a través de un trenecito que cruza un hotel. Al llegar allí, un riachuelo lleno de suciedad y un camino con tiendas y bares te dan la bienvenida. Playa muy concurrida. Fuimos a media tarde, una hora antes de ponerse el sol. Mucho oleaje, pero nos dejó bañarnos sin muchos problemas. Llegó la puesta de sol, momento ideal para hacer fotos. Como también había surfistas, la mezcla de las dos cosas hizo posible hacer una fotos increíbles!
 
Ubud: capital cultural de Bali
 
Está a tan solo 2 horas de Ulwatu en coche. Al llegar parecía que estábamos en otro mundo: zona muy selvática y con un calor húmedo y muy asfixiante. Hábitat de los mosquitos (doy fe de ello).
Ubud es la capital de Bali. La zona es turística, pero sin estar masificada. Se compone de tres calles principales, donde están los hoteles, bares, restaurantes y tiendas (pero no es tipo Benidorm. Es muy balinés, con poca altura, y todo de madera y muy acogedor). Hay muchas opciones de alojamiento y lugares donde comer y comprar algo. Nosotros los alojamos en el Bumi Muwa, en la calle principal. 
 
¿ Qué se puede hacer en Ubud?
 
- Sacred Monkey Forest Sanctuary: es un jardín/selva, muy denso, habitado por monos acostumbrados a las personas, pero sin dejar de tener mala leche. La entrada cuesta 30.000 rupias (2€). Allí puedes pasear por las ruinas, ver los monos, y comprar plátanos para darles de comer. 
- Bali con guía: os lo recomiendo mucho. Descubriréis un Bali diferente, y conoceréis su cultura y tradiciones. Nosotros hicimos un tour de dos días con Wayan, un Balinés que hablaba un español de lujo. El precio por dos días es de 50 euros, pero no incluye las entradas a los templos. Con él vimos:
 
- Terrazas de arroz: muy bonitas y llamativas.
- Volcán Batur.
- Monte Agung: el más alto de la isla con 3000 metros.
- El templo Madre: el más sagrado.
- Tirta Empul: fuentes sagradas de purificación.
- Gianyar: ciudad grande y poco turística, con un mercado fantástico para descubrir la vida local.
- Plantación del café Lawack, el café más caro del mundo. Por 50.000 rupias (3€) puedes degustarlo.
- Lago Bratán: templo, lago y mercado de frutas.
 

Lembongan: pequeña isla entre Bali y Lombok

Esta isla se sitúa a poco más de una hora de Bali. El día anterior compramos en un puesto de viajes, el combinado desde Ubud a Lembongan. Por 180.000 rupias (12 euros) nos llevaban hasta ella. El trayecto era autobús hasta Sanur y luego barco hasta la isla. En poco más de una hora ya llegas a la maravillosa y cristalina playa del puerto de Lembongan. Una isla verde, un mar color turquesa y miles de barquitos te dan la bienvenida al paraíso.

Bajamos como pudimos del barco, ya que no hay pasarela en el puerto, con las maletas en la cabeza. Unos cuantos taxistas se avalanzaron hacia nosotros, a la caza del turista para llevarlo a su hotel. No os dejéis asustar. Es la única manera de llegar, ya que allí no hay autobuses, ni parada de taxis ni nada. Intentad agruparos con alguien más y acordar un precio justo (yo pague 100.000 rupias). Es complicado porque ellos ya saben que no hay otra opción. 

La isla es muy pequeñita y abrupta, sin carreteras, solo caminos. Desplazarse por ella es complicado. No vimos ningún lugar donde alquilasen motos, y conducir por aquellos caminos de cabras era un poco locura. 

Como íbamos a estar solo dos noches, quisimos darnos un capricho, y reservamos una villa en el hotel Nature Villas. El precio fue elvado, pero la calidad de sus servicio y el de sus instalaciones valía la pena pagarlo. 

Bajamos a la playa (Mushroom Beach), cruzando los dedos, para que el mar no fuera tan bravo como en Bali... Pero no sirvió de nada. El mar tiene tal fuerza que las olas, al retroceder, nos arrastraban hacia adentro. Imposible bañarse, y eso que la playa era una pasada. 

Los dos días en Lembongan los pasamos de relax en la piscina, bajando a la playa a comer algo por el día y por la noche a tomar algo en los tres bares que hay en la playa y que ponen antorchas y hogueras para crear ambiente. El segundo día hicimos snorkel.

En la misma playa contratamos un tour que anunciaban en el bar donde habíamos tomado algo la noche anterior. No recuerdo muy bien el precio, pero hicimos tres paradas, y creo que fueron unos 15 euros. El primer punto que hicimos fue cerca de Lembongan, en una bahía. Estuvimos una media hora viendo muchísimos peces, corales y tortugas. 

La segunda parada la hicimos en el estrecho que hay entre Lembongan con Nusa Penida. Al saltar de la barca noté el agua más fría que había tocado en mi vida. Sentía como miles de agujas se clavaban en mi cuerpo. No me lo podía creer. La corriente era muy fuerta y el guía nos dijo que nos dejásemos llevar hasta la playa, sin hacer ningún esfuerzo, que la corriente nos llevaría y que disfrutásemos de las vistas. Vimos bastantes peces, pero no disfrutamos mucho por lo fría que estaba el agua. La siguiente parada fue en una calita cercana (Gamat Bay), de agua cristalina y calentita donde disfrutamos viendo peces payasos, peces de colores, estrellas de mar, caracolas...

Devil´s tears: la costa oeste es muy abrupta y escarpada. En el hotel nos hablaron de un espectáculo que no nos podíamos perder. Sin saber exactamente que era, seguimos las instrucciones y al llegar, justo a la hora del atardecer, vimos mucha gente que no hacían más que exclamar: Ohhhhh!!!! Marvelous!!!!

Y que cierto era. Allí se creaban unas olas brutales que chocaban contra una roca en forma de plataforma y creaban unas olas gigantes impresionantes. 

 
 
Lombok: Bali hace 50 años
Saltamos de isla para ir a la vecina Lombok. Según dice, antes Bali era, como es Lombok hoy en día. Dicho de otro modo. Dentro de 50 años, Lombok será la nueva Bali. Allí no son hinduista (como en Bali), son musulmanes.
Contratamos el traslado para ir hasta Lombok. Es un combinado de Ferry hasta Sengigi y luego coche hasta Kuta.
El barco tardó unos 45 minutos, pero el coche más de una hora. 
Kuta no se puede definir como ciudad, más bien es un poblado que está creciendo debido al turismo. Nos alojamos en el Bombora Bungalows. Es un hotel que tiene una pequeña recepción, 7 bungalows y una piscina. Nada más. Los bungaws estaban un poco sucios y olía bastante a humedad, debido a que al ducharte, el agua se no se iba. 
Los alrededores de Kuta son muy feos. Tengo que decir que Kuta no nos gustó mucho, por no decir casi nada.
Las calles de Kuta eran de tierran, sin aceras, llenas de perros que se peleaban por todos lados, niños desnudos y sucios corriendo entre escombros, mucha suciedad por todos lados y muy poca y de mala calidad oferta gastronómica. Creo que esto es debido a que allí son musulmanes y no quieren turismo. La playa de Kuta no está mal, pero ante semejante panorama, uno no disfruta igual. Dedicimos darle una oportunidad a la isla y recorrer la parte sur en moto en busca de algún atractivo. Lo único que encontramos fueron un par de playas muy bonitas, pero nada más. No hay templos que visitar, ni pueblos pesqueros, ni mercadillos... Solo una tiera árida llena de búfalos de agua y muchos niños.
 
- Selong Belanak Beach: es una playa increíble situada al sur, a unos 30 minutos de Kuta en moto. Para entrar, nos cobraron 10.000 rupias. Allí solo habían unos cuantos locales con chiringuitos y poco más.  El agua es cristalina y muy calmadita. Pudimos disfrutar de un buen día de playa, comiendo algo en los puestos y viendo como los rebaños de búfalos pasaban a nuestro lado.
 
- Hotel Novotel: íbamos en busca de algún lugar civilizado donde pasar el día. Cerca de Kuta, se encuentra este hotel. Fuimos a comer al restaurente y comimos muy bien. Tienen playa privada y una zona de piscinas, amacas, mesas de ping-pong y campos de volleyball. Para pasar allí el día tienes que estar alojados en el hotel o pagar 50.000 rupias. Pero viendo lo que había en el pueblo pagamos sin dudarlo un momento y pasar un día agradable. 
- Playa Mawun: la mejor playa que encontré en mi viaje de 3 semanas por indonesia. Era muy del estilo de Belanak, con unos puestos de comida y poco más. El agua es totalmente cristalina y calmada. Al final de la playa hay una montaña desde la que tomé esta foto.
- Ashtari: restaurante entre Mawun y Kuta. Está en una colina con unas vistas increíbles. Zona chillout para comer hambuerguesas y algún que otro plato de arroz o pasta. 
 
Islas Gili: Lo que queda del paraíso
Antes de ir a las Islas Gilis, decidí pasar una noche en la famosa Senggigi. Me habían hablado muy bien de ella. Pero como muchas cosas en este viaje, me estaban defraudando un poco. Senggigi es una playa muy larga de arena negra y mar bravo. Está todo muy disperso en una calle que circula paralela a la playa. Como solo iba a estar una noche, decidí quedarme en el hotel, darme un masaje y salir a tomar algo por los alrededores, ya que la día siguiente me iba a las Gili. Lo más positivo que pasó fue esta maravillosa puesta de sol. Para ir a las Gili contraté el traslado en un puesto que había en la carretera principal. El precio fueron 75.000 rupias (4,5€) y lo hacíamos en furgoneta hasta el puerto de Bangsal y desde allí barco a las Gili. También hay la opción de hacerlo en privado con speedboad, tardas menos pero sale muchísimo más caro, y la idea de hacerlo como local me atraía mucho.
El puerto es una playa sucia con muchas barcas a motor y miles de nativos cargados con ropa, comida, animales, utensilios... Muy caótico y nada organizado. La furgoneta nos dejó allí tirados sin decirnos cual era nuestra barca ni a que hora salía. Así que tuvimos que preguntar a la gente que allí esperaba. Al subir a la barca, se ofrecen a subirte la maleta, y una vez hecho te piden dinero, sino le das nada se enfadan mucho. El trayecto duró poco más de una hora. Primero pasamos Gili Air, luego Gili Meno y por último llegamos a Gili Trawangan. Habíamos elegido esta última porque era la que más oferta de hoteles y restaurantes tenía, y después de la experiencia en Lombok, no queríamos coger una isla que no tuviera nada.
Llegamos al puerto de Gili T. Bajamos de la barca con las maletas en la cabeza para que no se mojaran. La isla tiene el 80% contruido. Todo está en una carretera que rodea la isla y por la cual no pasan coches ni motos, solo bicicletas y unos carros tirados por caballos. Aquella imagen nos chocó un poco con lo que esperábamos encontrar allí. Gili T. es turístico y está muy masificado. Con bares de fiesta, hoteles tienda y miles de turistas por todos lados. Por suerte, elegimos un hotel alejado de la bulliciosa calle principal. El Marygio Resort es un hotel regentado por una familia italiana. Tiene una piscina central y 3 edificios de dos plantas donde están las habitaciones. Nos pareció un hotel muy acogedor. La única pega que le pongo es que por lo caro que es (65 euros por noche), el desayuno, aunque muy rico, es siempre lo mismo, y que tienes que pagar por las bicicletas (unos 4 euros por día, pero con el precio tan elevado, te las podrían dejar gratis). Otra cosa que no me gustó mucho es que no tienen servicio de comida. Con lo bien que hubiera estado bañarte en esa maravillosa piscina, tomando unas cevecas y comiendo un rico plato de pasta o arroz. Pero bueno, tampoco seré tiquismiquis.
 
¿Qué hacer en Gili T.?
La verdad es que no hay mucho que hacer salvo salir a comer y a cenar o a tomar algo por la noche, bañarte, tomar el sol y hacer snorkel.
- Restauración: la isla está llena de lugares donde comer. La oferta es internacional, con las hamburguesas como plato estrella. Si buscas algo diferente puedes ir al mercado, que está en la calle principal, donde están los locales, con sus puestos de comida callejera, inúndandolo todo de mucho humo y olores muy especiales. Había mucho ambiente y la comida era muy barata. Perfecto para comer algo rápido y compartiendo mesa con turistas de todos lados. A lo largo de la calle principal, tienes muchos restauntes que ofrecen sus productos en mesas con hielo o en brasas al aire libre para ver lo que tienen. 
- Fiesta: por la noche hay muchos locales que se transforman en bares para bailar en la playa. Música, antorchas y mucha gente bailando y bebiendo ( me recordó un poco a Lloret de Mar).
- Snorkel: aunque se pueden ver muchos peces y el agua es muy cristalina y caliente, la verdad es que los 10 primeros metros de playa, el mar está lleno de coral muerto. Aún así pude ver muchísimos peces e incluso nadar con una tortuga. (clica en tortuga para ver mi video nadando con ella). Hay muchos puntos donde venden paquetes de snorkel para hacer buceo por las tres islas. 
- Playa: en la parte oeste de la isla no hay casi hoteles, ni bares, ni restaurantes. Dando un paseo en bicicleta siguiendo la carretera principal o atravesando la isla llegas al otro lado. Allí se respira mucha calma. También hay una carretera, pero sin casi nada contruido, salvo algún hotelito y algún chiringuito donde ver la puesta de sol. Aquí desconectaréis de todo y viviréis el paraiso. 
- Puesta de sol: en la parte más tranquila de la isla, la parte oeste, es por donde se pone el sol. Varios locales aprovechan esta circustancia y montan una mesas y sillas, en la playa, desde donde disfrutar de ella. Aquí vi una de las puestas de sol más bonitas y especiales que he visto nunca
 
Mi viaje a Indonesia termina. Cierto es que me he decantado casi todo por islas y muy poco por cultura y naturaleza, pero me apetecía un viaje relajado. La sensación que me llevo de este pais es que no está tran preparado para el turismo como Tailandia, ni tiene tantas cosas que ofrecer. Quizás sea porque Tailandia es budista e Indonesia hinduista y musculmana. El budismo es mucho más colorido y alegre que las otras dos religiones o quizás es que no hice el tour adecuado. Sea como sea me voy con buenas sensaciones, pero sin poder sacar Tailandia de mi mente.